Autores: Dr. Flávio Linquevis (Abogado Ambientalista especialista en Áreas Contaminadas) y Joyce Cruz Di Giovanni (Geóloga y Especialista en Sostenibilidad)
El término sostenibilidad se ha utilizado cada vez más en los últimos años y tiene varias definiciones. En cuanto a la Gestión de Sitios Contaminados (GSC), la sostenibilidad tiene que ver con el equilibrio entre proyectos que abarcan la remediación del medio ambiente involucrando a partes interesadas y afectadas, así como los factores económicos involucrados en la gestión del área.
En Brasil han crecido iniciativas relacionadas con la GSC, así como eventos que discutieron Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible en las últimas décadas. Sin embargo, el progreso aún no cubre las necesidades latentes del medio ambiente y la sociedad.
Parece simple y trivial involucrar los pilares de la sostenibilidad (ambiental, social y económica) en proyectos de este tipo, sin embargo no es lo que parece y hay que pensar más allá de estos aspectos, en la legislación vigente en el lugar donde se implementa el proyecto.
¿Lo sabías?
La ONU, en dos ocasiones, realizó eventos en Brasil para discutir medidas que promuevan el desarrollo sostenible.
Uno de estos eventos fue Eco-92 o Río-92, celebrado del 3 al 14 de junio de 1992, del que surgió, entre otros documentos, la Agenda 21, con 2.500 recomendaciones para implementar la sostenibilidad. La Agenda 21 es un documento internacional que recomienda a los países desarrollar sus estrategias nacionales de desarrollo sostenible.
El otro evento tuvo lugar del 13 al 22 de junio de 2012 y pasó a denominarse Río+20, al conmemorarse el 20º aniversario de Eco-92, con la intención de definir la agenda de desarrollo sostenible para las próximas décadas.
Por eso, en el texto de apertura del Blog de la red NICOLE Latin America, se decidió mirar la sostenibilidad en este contexto y, para ello, invitamos a nuestro socio Flávio Linquevis a hablar y compartir sus experiencias.
Escribir las primeras líneas de un canal de comunicación tan importante con profesionales dedicados a los desafíos que genera la GSC resulta un desafío. Como profesional del área del derecho ambiental, con una perspectiva especializada en los temas generados por la contaminación de suelos y aguas subterráneas, alejarse del lugar común del texto legal, regresar a algo más pragmático, además de desafiante, también es un alivio.
Algunas consideraciones en este sentido más práctico valdrían horas de debate. Entonces, ¿por qué no empezar con lo que representa este texto, el encuentro de la técnica ambiental en la GSC con la ley ambiental? Se trata de ciencias que se complementan y que la vida cotidiana ya ha demostrado la necesidad de trabajar al unísono.
Desde el punto de vista de los profesionales implicados, el apoyo mutuo, además de complementario, es fundamental. Podemos citar como ejemplo de intercambios positivos de esta sinergia la certeza de que el desarrollo del trabajo técnico está totalmente cubierto desde el punto de vista jurídico, mientras que el abogado especialista, en cambio, depende en gran medida de buenos estudios técnicos para garantizar una buena estrategia jurídica.
Además, las soluciones, cuando se aplican de manera integrada, son fructíferas no sólo para los clientes, sino también para el medio ambiente y todos los involucrados. Este es el caso, por ejemplo, de situaciones técnicas que, combinadas con la gobernanza de la seguridad, pueden generar efectos de mayor eficacia en la gestión aplicada y los resultados obtenidos. Por lo tanto, las diferentes demandas de la GSC exigen diferentes soluciones.
Se necesita buen ojo por parte del profesional involucrado para generar soluciones integrales.
Haciendo una analogía con las soluciones técnicas, distribuidas en diferentes áreas del conocimiento, en lo que respecta al profesional jurídico, además de un amplio conocimiento del derecho ambiental, se requiere una amplia experiencia en sitios contaminados, así como un buen ojo para las soluciones encontradas en las áreas fiscal, de seguros, etc. Luego, las soluciones deben personalizarse según el problema en cuestión, tanto desde el punto de vista técnico como jurídico. La aplicación de una solución legal “lista para usar” invariablemente generará más problemas, daños y gastos.
Así, desde un punto de vista pragmático, el profesional involucrado no necesariamente debe dominar la ciencia en su conjunto (sería imposible), sino que debe mirar de cerca todas las necesidades y rodearse de otros profesionales calificados (y, sobre todo, que estén especialistas en el tema), con una visión sistémica del problema e interés por la solución.
Los sitios contaminados son un problema social, económico y ambiental que impacta a todo el país. Tal es así que, a nivel federal en Brasil, recientemente se lanzó el Programa Nacional de Recuperación de Sitios Contaminados (PNRAC). Para ejemplificar el alcance nacional de este problema, podemos mencionar el caso de la ciudad de Ulianópolis en Pará, mejor conocida como CBB-USPAM, un vertedero irregular que impactó directamente a toda una ciudad. Situaciones como esta exigen una solución de gestión integrada, mucho más cercana a la justicia que a la propia ley.
El problema es, por tanto, amplio, falta todavía la formación de órganos y agentes, de profesionales experimentados y preparados, y de comunidades plenamente conscientes de su papel. Los temas que involucran a la GSC van más allá de una solución específica, pues son tan amplios que afectan incluso políticas públicas de saneamiento, recursos hídricos, salud, etc… Necesitamos una integración de esfuerzos mucho mayor, como mencionamos anteriormente.
El lanzamiento del PNRAC es un primer esfuerzo en la dirección correcta, pero le faltan algunas implementaciones, como una planificación profunda en las acciones necesarias para alcanzar los objetivos, la plena participación activa de todos los involucrados, y hablamos más, también de la sociedad civil. Necesitamos también cronogramas y disposiciones claras y objetivas, así como creemos que es de gran esencialidad la integración con un marco legislativo federal, ampliando la implementación no sólo de normas jurídicas sino también de las de carácter orgánico, funcional y relacional de tipo administrativo.
Preservar eficazmente el medio ambiente, teniendo en cuenta los deseos de la sociedad y los aspectos inherentes a la economía, a través de los problemas generados por la contaminación del suelo y de las aguas subterráneas, no es una tarea sencilla. Depende de mucho compromiso, estudio, trabajo y experiencia, ya que los casos no son nada comunes, requieren atención, soluciones innovadoras y personalizadas, así como la participación activa de la sociedad de una manera subsidiaria moderna y principalmente sostenible.